Me dirijo hoy a usted señora,
vengo pidiendole perdon,
Vengo ante usted Señora mía lleno
de tristeza propia por mi maldad,
mas aunque no soy justo ante nadie, usted
es la madre de la mujer que mas amo
quien al igual que ella es tan tierna y dulce como la miel,
Espero me perdone, pues sé y reconozco el error que cometi,
perdone pues mi ofensa, por haberle sido un yerno cruel